martes, 13 de octubre de 2009
JUAN ANTON Y GALAN.UN HUMANISTA DE PIURA
Don Juan Manuel Antón y Galán (Vice,12.6.1928 - Piura,12-10-2009)Lección de homenaje, pronunciada el 19 de junio del 2003, por el Lic.José Miguel Godos Curay,Director de la Escuela de Comunicación Social de la UNP.
Nos parece un encomiable esfuerzo de la Municipalidad de Piura el reconocer la tarea silenciosa y sin estridencias de aquellos hombres y mujeres que se esfuerzan por la cultura. Este es un acto de gratitud poco usual que nos compromete. Sobretodo cuando hemos aprendido en la vida a ser esquivos con los panegíricos y los elogios. Pero acudimos presurosos con espontánea e ilimitada generosidad por los merecimientos intelectuales y humanos del maestro don Juan Manuel Antón y Galán quien con su sapiencia y fina ironía nutre a cientos de estudiantes con su ejemplo y sabiduría en el uso correcto del idioma. Pero quizás el magisterio mayor en donde se solaza sin regodeos su espíritu es en la penetración -con hondura psicológica- en nuestras tradiciones, creencias y costumbres. En el folklore, en el alma del pueblo. Todo aquello que se transmite de boca oreja le apasiona y le nutre.
Los pueblos son sumamente ingeniosos para mantener vivos -con fresca lozanía- sus recuerdos. La leyenda bien se ha definido como: “la respuesta al deseo del hombre de ideales de conducta”. El mito es “revelación” de las cosas del cosmos como una realidad que no cambia, que no tiene fin. Es el mundo tal y como es y como será siempre. En el mito, todos los objetos aparecen como seres creados, y el mundo tiene finalidad y sentido debido a la divinidad de su creador. Este es el universo en el que se instala don Juan Manuel Antón y Galán y que nos presenta en “Leyendas Piuranas”. Don Juan Manuel, con memoria aguda y erudición, se expresa con esa necesidad irresistible de hablar en voz alta y comunicar a los demás lo que siente.
Tras el escritor se oculta el testigo presencial de hechos y acontecimientos que habitan en el imaginario popular de esta Piura de la que diría López Albújar “ tierra ubérrima, brava por su despoblados siniestros, por sus arenas con reminiscencias del simoun y silencios de pavura ; por sus lluvias tempestuosas y esporádicas, que hoy parecen ausentarse y mañana irrumpen con ímpetu de diluvio, cortejos de ruina desolación, por su sol flagelante aplanador, lujurioso y febril..”
En estas Leyendas Piuranas aparecen: El médano blanco, La misteriosa luz del chuchal, La pastora que quiso ser Coya, El pecado de los primos, Los ojos del finadito, La Laguna de la María Dominga, El remolino del diablo, Andanzas de la viuda negra, La casa de las piedras voladoras, El caballo del diablo y La venganza del mondongo. Todas ellas nos transportan a al imaginario provinciano de Sechura donde el hipnótico desierto seduce, encanta y confunde. Ahí en donde se pierden el cielo y los arenales surgen las viejas historias de los arrieros preñadas de creencias, conjuros y hechizos. Luces misteriosas aparecen y desaparecen junto al mítico carbunclo ave mítica de cabeza incandescente. Fórmulas mágicas para exorcizar demonios y encantos. Secretos que corren de boca en boca desafiando el tiempo. Leyendas de la sierra de Huancabamba con bellezas arrobadoras sometidas al sortilegio de la promesa y el surgimiento de las lagunas mágicas. Todo un universo mágico similar al de Macondo de García Márquez; No escapa el adulterio convertido en cruel tragedia.
Lecturas que nos transportan a la María Dominga presente en el imaginario popular con múltiples presencias pero de inolvidable belleza desplazándose por el desierto con sus súbitas apariciones en festejos populares y en las chacras perfumada de diamelas, robando el corazón de los hombres y llenando de requiebros el ladrido de los perros y el canto de los pájaros. ¿Quién no ha cruzado los dedos y rezondrado hasta el cansancio para espantar al diablo?. ¿Quién no ha escuchado de boca de los abuelos ver cabalgar al mismo demonio por las cabeceras de los pueblos?. El diablo desaparece en Piura con la iluminación eléctrica. ¿Quién no ha escuchado relatar con lujo de detalles las apariciones de la viuda negra?. Fantasmagórica presencia que recorría las viejas extensiones de Pachitea después de haber cumplido con el ritual cinematográfico de victimar al infiel marido. Como si fuera poco historias de vagos redomados que no dejan en tranquilidad a los chilalos y soñitas en sus nidos. Finalmente algo que pertenece a la tradición paiteña la aparición de Satanás en el Cerro Azul y el puntual recorrido al filo de la madrugada del mondongo por el tradicional barrio porteño de La Punta.
Las leyendas de don Juan Antón nos transportan al habla popular. A los piuranismos de rica significación, a la toponimia a las formas de expresión locales. Todas estas formas de expresión tienen una riqueza lingüística extraordinaria. Como bien señal André Malraux los relatos míticos surgen para dar cuenta de asuntos fundamentales y controvertidos que se pierden en la noche de los tiempos pero que el al mismo tiempo son apropiación de un colectivo social. En esta literatura late esencial nuestra identidad. Por ello necesaria y patente. No es una literatura que se detiene en lo pintoresco sino una aproximación curiosa y amena a lo que somos en tanto cúmulo de emociones y creencias. Esta es una forma de descubrir nuestra conciencia de lo local en un mundo contradictorio y global. Es lo que nos hace distintos sin ánimo complaciente sino dueños de un pasado por encima de la fragilidad de la memoria y el torpe gusto embotado. Este es el mérito de don Juan Manuel Antón y Galán fiel a su espíritu humanístico y a su vocación de maestro y escritor. La tradición es una reverberación de la escritura y esplendor de la memoria. No es la ficción sino el narrador amable que nos abre los ojos hacia los tesoros de lo propio.
La tarea de don Juan Manuel Antón se completa con el aporte de Jorge Moscol Urbina, de Lola Cruz de Acha y ese acopio amoroso de piuranismos realizado por Martha Hildebrant, don Esteban Puig y Edmundo Arámbulo Palacios. En poesía por Garcés Negrón, Augusto Feijó y Elvira Castro de Quirós entre otros que dominan el tópico regionalista. Es el tema que muchos eluden con alarde de vanguardismo y modernidad ignorando que antes que la urbe fue la aldea, la identidad que permite distinguir a un catacao de un sechurano, un paiteño de un sullanero o un piurano de un morropano. Son identidades propias, psicologías y creencias que soportan un análisis sobre el carácter y las tradiciones locales. Psicología plena de sonrisa y burla en algunos casos y de agresividad en otros.
Cultura entrelazada con los valores mismos de la tradición local. Son las fuentes orales y testimoniales hablando a plena luz del día o en la noche poblada de sueños Es el diálogo ameno en los chicheríos, el relato de las abuelas. Mitos, leyendas, espantos y territorios en donde habita la creencia y que brota como un credo inagotable en las fuerzas ancestrales de la tierra, en la fuerza de la alegría y en la fecundidad creadora de la provincia.
Otras de sus obras son “Lecturas Selectas” editada en el Festival del Libro Sanmiguelino. Otras son “Daños”, “ El Churuco”, “Relatos Piuranos”, “ Apuntes Folclóricos”, “El acento y sus leyes”, “Antónimos, Sinónimos y Percentil” “ Cosas del Idioma”, “ Diálogo de Lengua”, “Apostillas Gramaticales”, Ortografía y “ Personajes de San Miguel”
Don Juan Antón y Galán es un humanista en el sentido estricto de la palabra. Humanista como postulaba Erasmo de Rotterdam. Unidad de vida y obra. Dedicación con genuino “eros pedagógico” a la enseñanza y al cultivo de las letras. Tuve el privilegio mayor de conocerlo en la Dirección de Correo cuando debutaba como redactor y posteriormente como Director del matutino. Hoy me congratulo de compartir su transparente amistad en la Universidad Nacional de Piura donde anima “con la camiseta puesta en la UNP” los estudios de lingüística, vocaciones y provocaciones literarias tal como lo testimonian sus alumnos.
Don Juan dejó profunda huella en el Centenario San Miguel y en las páginas de La Industria, Correo y Época en donde escribe con vocación erudita sobre el uso correcto de la lengua o sobre tópicos de nuestra mitología y tradición. Don Juan derriba en sus alumnos el temor a los diccionarios y lexicones.
Esta noche es también entrañable porque reúne a quienes de alguna forma u otra están vinculados a Don Juan Manuel Antón y Galán por los vínculos de la amistad y el afecto. De él podemos decir que nació en Vice antiguo pueblo - hoy distrito de la provincia de Sechura- un 12 de junio de 1928. Vice de sus orígenes está vinculado al defensor de los derechos territoriales de Sechura y Alcalde comunero Don Sergio Vice contemporáneo en la historia con Túpac Amarú y en el espacio y tiempo histórico con el Ilustrado Obispo Don Baltasar Jaime Martínez de Compañon.
La riqueza de Vice no se explica sino en el conocimiento profundo de su conformación geológica que nos transporta a los sedimentos de los viejos lechos marinos y al petróleo y gas que se guarda en sus entrañas. Otro aspecto importante en la vida del pueblo Vice son esos largos períodos de intermitente sequía y abundancia de aguas. El Niño cruza transversalmente los patrones de asentamiento humano y también las variadas formas de vida del poblador.
Vice, el lar de don Juan, es la capital del Manglar y este no es un hecho gratuito porque se trata de una apuesta por la vida. Los humedales de Vice tienen una enorme potencialidad porque son la contraparte beneficiosa de los eventos El Niño que se han venido registrando en el norte del país. En Vice son personajes cotidianos, sus hombres y mujeres, dedicados a la agricultura y a la pesca. Vice tiene fama antañona por sus textilerías expresada en coloridas alforjas y bordados.
Vice es razón suficiente para quien se nutre desde los pechos de la historia, tradición e identidad. Bien decían los retóricos latinos que nadie ama lo que no conoce. He aprendido a admirar en Don Juan Antón ese amor por la sabia expresión del pueblo. Amor alegre y sonoro en las expresiones festivas y exultantes de las festividades religiosas. Amor que recrea el mundo aproximándose a la mentalidad popular a la visión micro-histórica del terruño sin el que no es posible proyectarnos a la vida nacional. Esto literaria y analógicamente es poesía la identidad perfecta entre la palabra y aquello que nombra, la fidelidad erasmiana a las fuentes de la cultura de la que es vivo testimonio el maestro Juan Antón y Galán a quien rendimos homenaje de gratitud esta noche piurana.
sábado, 12 de septiembre de 2009
DOS LECCIONES BAJO LA SOMBRA DEL ALGARROBO
Por: Miguel Godos Curay
Sigo pensando que la UDEP es un milagro en el desierto. Un milagro de esfuerzo humano que ha convertido los arenales en bosques frondosos de algarrobos. Recuerdo como eran las calenturientas e hipnóticas dunas por las que diariamente emprendíamos con energía y a veces con fatiga el trajín de caminar hacia la universidad. En la UDEP los estudios son cosa seria. Confieso que en la primera visita, junto a mis padres, me fascinó la biblioteca que atesora libros desprendidos con cariño de hogares piuranos y de benefactores cuyo legado constituye una valiosa contribución para la universidad. Ahí leí con desaforada pasión.
La formación que nos brindó nos transformó de cuerpo entero. Adquirimos disciplina intelectual en esa tarea cotidiana de estudiar. Pero también bebimos conocimiento a borbotones. Hay días y tardes inolvidables con las lecciones de los profesores César Pacheco Vélez, José Ramón de Dolarea, Javier Cheesman – según Luis Alberto Sánchez erudito estudioso de Valdelomar- , Don Vicente Rodríguez Casado sin cuyo rigor histórico no hubiese sido posible comprender el desplome del comunismo. A ello podemos sumar la esclarecida visión del Perú de José Agustín de la Puente y Candamo y el recuerdo de muchos ausentes y presentes jóvenes profesores.
Tengo inapreciables recuerdos del doctor José María Navarro, del ingeniero Ramón Mujíca Martínez y de muchos profesores visitantes como Enrique Chirinos Soto, José Pareja Paz Soldán, Luis Enrique Tord, César Gutiérrez Muñoz entre muchos otros. Me reservo estas líneas para la doctora Luz Gonzáles Umeres no sólo por ese claro abordaje de la filosofía inicial de los primeros días juveniles sino por la profundidad de entender el sentido que la comunicación social tiene en un mundo global interconectado pero escasamente comunicado. El entender que no es posible el desarrollo humano sino está vigente la ética y que las actuales crisis son consecuencia del abandono del humanismo que hace perder de vista el sentido y el valor de la persona humana.
Confronto las reflexiones de la doctora González Umeres con la vertidas por Miguel Ferré a los administradores de empresas que comentamos la tarde piurana del reencuentro con Carlos Ginocchio. Vivimos en un mundo en donde se ha impuesto la primacía de evaluar las gestiones por resultados y falacias estadísticas. Mejor dicho importan más los logros relativos y poco importan los medios para llegar a ellos así sean poco éticos y fraudulentos. Esta tendencia pervertida es un arma perfecta para los fraudes financieros, la desconfianza, el abuso y el desmoronamiento de una empresa cada día más inhumana en donde poco importan las personas y en donde la responsabilidad social -en apariencia- cubre con piel de cordero las malas prácticas empresariales.
Personalmente creo que el sentido de las crisis actuales se enrumba en estas dos direcciones. El entender que el desarrollo no puede mirar solamente paradigmas tecnológicos sin penetrar en el extraordinario valor del humano. No existe un desarrollo económico que se llame como tal si aplasta el sentido que las personas tienen en la sociedad. No se puede hablar de éxitos en gestiones empresariales e inversiones si estas en estricto sentido de justicia no contribuyen a mejorar no sólo cuantitativamente sino cualitativamente la vida de las personas. No puede haber empresas excelentes que maquillen sus resultados para los fraudes tributarios. No existen empresas “buenas” conducidas por empresarios, sin escrúpulos, moralmente descalificados.
Otra de las animadas reflexiones de la tarde del reencuentro entre algarrobos verdes con los viejos amigos que peregrinaron hasta Piura para estar presentes fue el irrepetible tópico de la deliciosa comida piurana. Piura tiene platos deliciosos producto de ingredientes naturales y frescos a los que se suma la sazón de una experta cocinera y sus técnicas culinarias. El resultado es sabor inigualable. Lo propio acontece con nosotros. Somos ingredientes humanos que con una elaboración paciente, a fuego lento, con el condimento oportuno de la mano diestra y sabia podemos convertirnos humanamente en profesionales útiles a la sociedad. Leales al espíritu cristiano que convierte al trigo en harina y en pan que alimenta. Podemos nutrir a está sociedad de valores, de dignidad, de decoro, de respeto y tolerancia. El entender que el Perú necesita para alcanzar su desarrollo no sólo de indicadores estadísticos de su logros económicos sino sobretodo una sensible preocupación por la educación, la salud y las mejores condiciones en la vida de la personas.
*Foto:Mario Vargas Llosa y Luis LLosa con el Dr. Víctor Morales en visita a la UDEP en 1987
viernes, 11 de septiembre de 2009
¿POR QUÉ COPIAN LOS ALUMNOS?
Por: Miguel Godos Curay
Copiarse en los exámenes, de acuerdo a la encuesta nacional realizada por Proética, es uno los actos corruptos medianamente tolerados en el Perú. Y ocupa el mismo nivel, en la percepción pública, que el pasarse la luz roja del semáforo, colarse aun espectáculo público, quedarse con el dinero de una billetera que tiene la dirección del dueño o tener instalación de cable pirata.
Alfie Kohn, un educador norteamericano que publicó sus reflexiones sobre los alumnos que copian, puntualizó, que no se trata de culpar a los alumnos que copian o plagian sino de indagar profundamente por qué los alumnos hacen cosas lo que se supone no deben hacer. Según la investigación los alumnos copian cuando los profesores no muestran interés por sus alumnos y se comportan como vacas sagradas. Motivo de copia son las tareas aburridas y abrumadoras que sólo se cumplen para pasar el curso pero que nunca tendrán aplicación en una actividad futura. Causa reiterada es la presión por los buenos calificativos. La tensión que provoca el sentirse ganadores o perdedores. Un alumno no copia porque es malo sino porque no tiene claros ni los medios ni vislumbra metas posibles. Para cualquier profesor tener alumnos copiones es una alerta inmediata para analizar sus actitudes, métodos y exigencias que inducen a los alumnos a copiar.
Un punto de vista sostiene que el copiar es un acto cotidiano en un establecimiento de enseñanza, a tal extremo, que si se aplicase severamente lo normado sobre propiedad intelectual encontraríamos docentes y alumnos expertos en copiar libros, cuadernos y resúmenes ignorando de plano a los propios autores. Muchos docentes conjugan el verbo copiar en todos los tiempos cuando deberían usar los verbos pensar y compartir. Los libros y la buena lectura tras un proceso de digestión intelectual sirven para elaborar nuevo conocimiento. Lo que sucede es que la mala práctica exige repetir al pie de la letra lo escasamente entendido y comprendido en una vorágine interminable.
Otro argumento es la trasgresión. ¿Es corrupto el copión?. Hay quienes sostienen que la copia es el primer peldaño de un proceso de descomposición humana que sólo acaba con la muerte. El copión a lo largo de su vida acabará navegando como un redomado corsario y pirata en los incesantes mares del conocimiento humano. Opinión tremenda. También es cierto que las reservas humanas del conocimiento exigían copias primorosas en las bibliotecas de los conventos que demoraban siglos. En “El nombre de la Rosa” Umberto Eco nos recuerda como era esta excelsa labor en el interior de las bibliotecas medievales.
Sucede hoy que el conocimiento es más volátil que el éter y se renueva con una asombrosa velocidad, de tal manera, que algunos estudiantes han llegado a la conclusión siguiente: para qué van a aprender hoy lo que será desechado mañana. Vivimos en la sociedad del conocimiento que se renueva constantemente en el que no caben los maestros ciruela que pretenden enseñar sin tener escuela. La educación no es un mero proceso de aprender sino de desaprender todo aquello que opaca y hace infeliz nuestra existencia.
Realmente hay mucho que desaprender y muchos que se precian de ser aplicados docentes universitarios no son otra cosa que una alforja de ineptitudes y malas prácticas. Existen también docentes nutridos de indecencia e inmoralidad que disfrutan simplemente del prestigio perentorio que brinda la institución universitaria. Son los malos de la película. Los corruptos de siempre. Los Al Capone de la ciencia que viven extorsionando a sus alumnos e impidiendo que el conocimiento llegue a quienes lo necesitan y que en realidad no enseñan porque les provoca una sensación taimada de poder.
La copia es una apariencia de conocimiento. Una felonía tan gruesa como la infidelidad y la desacomedida lealtad de quienes acuchillan por la espalda. Sin duda que es un aplastamiento de la memoria, aquella facultad humana que al igual que la imaginación, es una facultad formativa de imágenes, cuyo objeto es el propio pasado. La memoria es reproductiva y asociativa. La memoria asociativa facilita la deducción racional. Capacidad que se estropea con la copia que se convierte en un acto puramente mecánico acompañado siempre del miedo que provoca el descubrimiento súbito de dorar la cáscara de la incapacidad.
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